Elegir el cerramiento adecuado te ayudará a mejorar el aislamiento térmico para ahorrar en las facturas del hogar y a reducir la entrada de ruidos exteriores, entre otros factores. El PVC y el aluminio son los materiales más usados por sus ventajas, pero ¿cuál de los dos te conviene más? Analizamos sus diferencias según determinadas variables para que puedas tomar la mejor decisión .
PVC (del inglés, Polyvinyl chloride) es un material formado por monómeros que, mediante un proceso químico, se alinean en largas cadenas dando lugar a un polímero. Dicho de otra forma, el PVC es un plástico que se puede moldear y soldar al someterlo a determinadas temperaturas y que, una vez frío, se vuelve sólido y resistente. Es muy valorado en cerramientos por su mala conductividad, es decir, que tiene una gran capacidad aislante; y por su durabilidad, pudiendo soportar las inclemencias del tiempo durante años sin necesidad de un mantenimiento.
El aluminio, por su parte, es un metal muy apreciado por su baja densidad, ligereza, maleabilidad, alta resistencia a la corrosión y su larga vida. Con las aleaciones adecuadas puede obtener una resistencia similar a la del acero.
Como decíamos antes, el PVC tiene una mala conductividad, lo que le da una ventaja considerable respecto al aluminio, pues es un aislante térmico natural. Además, como las esquinas de las ventanas de PVC se sueldan en lugar de atornillarse, se impide la entrada de aire desde el exterior por las rendijas.
Para obtener los mejores resultados, se recomienda que el perfil de PVC tenga un grosor mínimo de 70 mm y al menos cinco cámaras de aire.
El aluminio, en cambio, sí es buen conductor. No obstante, para evitar esta transmisión de frío y calor y obtener los mejores estándares de aislamiento térmico, existen perfiles de aluminio con Rotura de Puente Térmico (RTP), que consiste en una pieza plástica que se coloca entre los exteriores metálicos, con lo que se reducen mucho las pérdidas de calorías o frigorías. Esta pieza debe tener un grosor de 24 mm como mínimo para ofrecer prestaciones similares a una ventana de PVC.
Por las mismas razones descritas en el apartado anterior, el PVC ofrece un aislamiento del ruido exterior muy superior al del aluminio, aunque hay perfiles de aluminio de gran calidad que pueden ofrecer prestaciones muy similares.
No obstante, también entran en juego otras variables, como el grosor de los cristales, o el tipo de abertura (las ventanas correderas aíslan peor del ruido).
Las ventanas de PVC tienen una vida útil de hasta 50 años. El aluminio tiene también una gran durabilidad, siempre que haya sido lacado y preservado del contacto con el agua y el aire, ya que de lo contrario podría sufrir corrosión.
Durante su larga vida, el PVC permanece inalterable ante los agentes externos y las inclemencias del tiempo. Además, al ser un material que se puede soldar y que no tiene juntas ni fisuras, no hay riesgo de que se formen hongos y bacterias en el exterior o en el interior; y al no ser poroso, la suciedad no puede incrustarse. El único mantenimiento que requiere es meramente estético, de limpieza frente al polvo que pueda tener.
Los cerramientos de aluminio requieren un breve mantenimiento cada cierto tiempo para mantenerse en óptimas condiciones. Los expertos recomiendan una limpieza dos o tres veces al año, o una vez al mes si se está cerca del mar o de áreas industriales, ya que el salitre y los productos corrosivos pueden dañarlo.
Hace algunos años, el PVC solo se encontraba en blanco, pero ya está apareciendo en más colores. No obstante, en este apartado el aluminio supera al PVC, ya que estos perfiles aceptan más variaciones de formas y colores, lo que abre mucho las posibilidades a la hora de elegir el estilo que más nos guste.
Otro detalle importante es los cerramientos de aluminio permiten unos perfiles más estrechos que el PVC, con lo que se obtiene una mayor ganancia de luz natural.
A primera vista puede parecer que el aluminio es más barato que el PVC. No obstante, si comparamos un cerramiento de aluminio con uno de PVC con las mismas prestaciones, descubrimos que el aluminio es más costoso.
Con estas claves, quizá lo tengas más claro a la hora de elegir el mejor cerramiento. Eso sí, de nada sirve decantarse por uno con las más altas prestaciones si luego la instalación está mal hecha. Por eso, lo mejor es confiar siempre en los profesionales.