Algunas veces puede ocurrir que, por prisas, descuido o cualquier otro motivo, cerramos la puerta de la casa dejando las lleves dentro. En cuanto nos damos cuenta del error, vienen los nervios, las prisas y las dudas sobre qué hacer en un momento así.
Si eres una persona mañosa y estás segura de lo que tienes que hacer, puedes intentar abrirla tú mismo antes de llamar al cerrajero.
Existen varios métodos, unos más y otros menos dañinos, para abrir una puerta sin llaves. En cualquier caso, todo depende del tipo de cerradura. Si son antiguas, se pueden abrir más fácilmente que las modernas, que están dotadas de sistemas más seguros contra la apertura.
En este caso, hay que sacarla. Para ello, se utilizan unas llaves llamadas bumping (caracterizadas por no tener muescas) que están especialmente diseñadas para abrir puertas bloqueadas.
Los pasos a seguir son los siguientes:
La utilización de llaves bumping requiere de habilidad y experiencia. Además, es preciso que la cerradura que pretendemos abrir no tenga sistema antibumping ya que, en este caso, resultaría mucho más complejo, y en ocasiones, inviable el poder abrirla con este método.
Existen varias técnicas sencillas para abrir una puerta cuando la hemos cerrado por despiste y las llaves se han quedado dentro de la casa. En estos casos, la puerta solo está cerrada con el resbalón o pestillo, que es un mecanismo que tiene la cerradura para dejar la puerta cerrada de portazo, sin llave.
Uno de los trucos más usados es utilizar una botella de plástico convenientemente manipulada. Sigue estos pasos:
Para que el trozo de plástico penetre mejor, puedes untarlo superficialmente con un poco de agua jabonosa.
Con esta misma técnica se puede utilizar también una radiografía, una tarjeta comercial o cualquier hoja de plástico que tenga una consistencia similar. No es conveniente utilizar tarjetas bancarias ni DNI porque pueden partirse o inutilizarse durante las maniobras de apertura.
Existe otra situación que se produce cuando la puerta se ha cerrado con llave y esta se ha extraviado, la han robado, o ha desaparecido por cualquier otro motivo.
En este caso, no queda más remedio que destrozar la cerradura utilizando un taladro de broca fina con el que se van perforando los pines y contra-pines del bombillo, desbloqueando la cerradura y abriendo con un simple destornillador.
Si has realizado bien la maniobra, solamente tendrás que sustituir el bombillo y tal vez el escudo protector, con lo que el gasto no será excesivo.
Al realizar este tipo de técnicas, podemos encontrarnos con algunas dificultades bien por nuestra propia impericia y falta de habilidad, bien porque en algunos casos el muelle del resbalón esté muy duro o porque la puerta esté algo caída o sin holgura y, tras muchos intentos, no logremos abrirla.
En estos casos, lo mejor es avisar a un cerrajero de urgencia. Estos profesionales conocen bien las técnicas para abrir puertas en muy poco tiempo y sin causar daños ni a la cerradura ni a la puerta.