Treinta minutos. Ese es el tiempo que un trozo de papel higiénico tarda en deshacerse, una vez se echa al retrete y se tira de la cadena. Un bastoncillo para limpiar los oídos, por poner solo un ejemplo, tarda en degradarse 300 años, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué se puede echar en el inodoro? La respuesta corta es: nada .
El WC no es un cubo de basura y, por lo tanto, no debe tirarse a él ni siquiera aquellos productos que dicen ser biodegradables, ya que la cantidad que se tira suele ser tan grande que los sistemas de saneamiento se colapsan antes de que dé tiempo a esa degradación.
Desde la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento advierten: la acumulación de toallitas y otros tejidos arrojados al inodoro ocasiona problemas de funcionamiento en las Instalaciones Públicas de Saneamiento (IPS), generando importantes sobrecostes de explotación y mantenimiento (se estima entre cuatro y seis euros, por persona y año).
Hay quien dice que es nuestra obligación como ciudadanos no tirar papeles en el inodoro, pero eso no es exactamente así. Si es papel higiénico de rollo, sí. Lo que los expertos excluyen son las toallitas húmedas que se usan como papel higiénico, además de las de bebé y las desmaquillantes.
Si hubiera que resumir qué se puede echar en el inodoro, podemos recurrir a las cuatro “P” que mencionan en el ideario anglosajón: pee, poo, puke and (toilet) paper. Es decir, orina, heces, vómito y papel higiénico. Por supuesto, seco, no húmedo. Cualquier otra cosa causa estragos en el sistema de alcantarillado y, en consecuencia, en los ríos y, después, en los océanos, que son a día de hoy, auténticos vertederos.
Es importante tener claro qué se puede echar en el inodoro para mantener este sanitario en buen estado. Al igual que nos preocupa que una tubería se atasque por el mal uso de lavabos y fregaderos, es importante saber que el retrete no es una papelera.
Más allá del daño medioambiental que puede generarse cuando se echa basura no biodegradable por el WC, la capacidad de éste para gestionar según qué objetos (o cantidad de material aparentemente apto para echar por el retrete) es limitada, pudiendo llegar a sufrir un atasco con difícil reparación.
Dicho esto, aunque el sanitario pueda sufrir daños, la peor parte de no saber qué se puede echar en el inodoro se la lleva, sin duda, el Medio Ambiente.
Hay un error que está en la base de la omnipresente y detestable basuraleza y es el de confundir lo biodegradable con lo que se puede tirar al inodoro. Se llama biodegradable a aquello que se degrada por acción biológica, lo que no necesariamente ocurre rápido.
Antes de que un objeto de celulosa como una compresa, toallita o disco desmaquillante haya conseguido degradarse, ha entrado a formar parte de la masa que, constantemente, atasca los colectores, tapona las redes de saneamiento y colapsa las depuradoras de nuestras ciudades. De ahí que, en este contexto, saber reciclar sea crucial. Y, antes de llevar a reciclar, hay que tener muy claro cómo separar:
Aunque son más de cinco las cosas no deberíamos tirar por el WC, podemos englobarlas, eso sí, en cinco categorías:
Aunque no está en el listado de cosas prohibidas, tampoco conviene tirar comida por el retrete. Mucha gente lo hace para evitar meterlo en la bolsa de basura, que puede romperse y hacer que se derramen líquidos antes de llegar al camión de la basura. Pero no debe hacerse, y no porque no sea material biodegradable sino porque el exceso de grasa se queda adherida a las paredes de las tuberías, pudiendo formar un atasco .
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