Poner rejas en las ventanas es, junto con los cerramientos convencionales, una medida de seguridad extra muy necesaria en determinados casos.
Muy rara vez se instalan con fines estéticos o de estructura, aunque bien es cierto que con la variedad de modelos que existen en la actualidad es fácil encontrar un diseño que, además de aportar seguridad, sirva como elemento decorativo.
Conocemos de sobra el plus de seguridad que aportan las rejas. Sin embargo, conviene tener presente, también, la parte negativa de poner rejas en las ventanas.
Una de ellas es que estas estructuras, al igual que impiden la entrada, también dificultan la salida, lo que podría ser perjudicial en caso de incendio o en el supuesto de que los cacos entren de otra forma en la vivienda, y las ventanas sean nuestra única vía de escape.
No obstante, estos son casos muy remotos. Por lo tanto, a la hora de decidir si poner rejas en la ventana o no, hay que valorar si para nosotros pesa más la seguridad del día a día o los detalles mencionados anteriormente.
Además, hay que tener presente que, más allá de su función de seguridad, las rejas en las ventanas constituyen una protección extra para el cristal. Con ellas, es más difícil que el vidrio se rompa por el impacto de un balón, por ejemplo.
Es muy aconsejable proteger los comercios, locales comerciales y negocios poniendo rejas en las ventanas, sobre todo si tiene acceso directo desde la calle o una terraza o azotea.
Estos locales suelen almacenar bienes y dinero que pueden resultar muy tentadores para los amigos de lo ajeno, por lo que es altamente recomendable dificultarles el acceso en la medida de lo posible.
También deben instalarse en pisos bajos o áticos con acceso a la azotea o a terrazas, y lo mismo en viviendas unifamiliares y en segundas residencias, estas últimas por todos los días que pasan deshabitadas y, por tanto, fuera de control.
Hoy en día es posible encontrar una gran diversidad de tipos de rejas con características muy dispares, que pueden afectar al precio.
Las rejas desmontables, por ejemplo, son mucho más económicas que las fijas. En cuanto a los materiales, las de acero o hierro son más costosas que las de aluminio. Al final, como en todo, se paga por la calidad, un aspecto que, en este caso, redunda en la seguridad.
Los profesionales en carpintería metálica suelen establecer sus precios por metro cuadrado, por lo que el precio final también va a depender del tamaño que vayamos a necesitar.
Una reja suele tener un coste medio de entre 50 y 300 euros, la horquilla es muy amplia. A esta cifra, hay que sumar una media de 300 euros por la instalación.
Sea como fuere, y como hemos visto anteriormente, esta es una inversión que merece la pena hacer si de lo que se trata es de optimizar nuestra seguridad.
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