Tener secadora ayuda a ahorrar tiempo en la colada. Ahora bien, ¿sabemos cómo usar una secadora para sacarle todo el partido posible? Porque esto repercute en cómo será la calidad presente y futura de la ropa que metes dentro de ella y, además, si se sabe cómo utilizar una secadora de ropa eso también afecta a la vida útil que tenga el aparato, a lo que consume y, por ende, a la economía familiar .
Algunos trucos sobre cómo utilizar una secadora de ropa de la forma más eficaz son estos:
En términos generales, si en la etiqueta no está claro o no se confía en el propio criterio, podemos decir que existen las temperaturas y tiempos estándar, dependiendo de los diferentes tejidos y prendas:
Es importante limpiar periódicamente el tambor y también algunas piezas concretas (que detallamos más adelante) para que la secadora no manche la ropa y, además, consuma lo justo, sin disparar el gasto de luz, algo que ocurre cuando no está limpia y a punto.
La pauta varía dependiendo de la máquina. Por ejemplo, si la máquina es con bomba de calor y no tiene la función de limpieza automática, es necesario limpiar los filtros de la secadora de vez en cuando.
Limpiar la secadora es importante porque los filtros que no se airean en el momento necesario hacen que se dispare la factura de la luz, ya que los restos de suciedad aumentan el tiempo de secado y la propia máquina necesita consumir más electricidad, pese a que sea un electrodoméstico eficiente. Lo mismo pasa con un condensador sucio.
Es importante para evitar posibles accidentes. Si todavía está caliente tras su último uso, hay que esperar a que se enfríe. Y si queda alguna prenda dentro, sacarla.
A menos que la secadora sea con bomba de calor y tenga conexión al desagüe, habrá que vaciar el depósito (si es pequeño, mejor después de cada uso porque, si se desborda, interrumpe el ciclo de secado). Se extrae y se vacía sin más.
Ahí es donde se quedan pelusas y otros restos, hay que limpiarlo bien con un paño de algodón húmedo cada vez que se use la secadora para que los restos no terminen metiéndose por los conductos interiores de la secadora.
Es preciso comprobar que están limpios porque suelen acumular suciedad y cal. Para ello, se abre la puerta del lugar donde se alojan y se limpian con un paño húmedo.
Esto se hace cada, más o menos, diez usos. Algunas secadoras cuentan con autolimpieza del condensador. En caso de no poseer condensador autolimpiante, se puede limpiar a mano pero, primero, un consejo:
Es importante comprar una secadora que tenga esta pieza accesible desde el sitio donde va a estar colocada porque, si no, no se limpiará cómodamente. Si no se puede extraer, se usa un aspirador (que también se debe pasar por la rejilla). Si es extraíble, se saca (poniendo antes una toalla en el suelo por si, al quitarlo, sale agua) y se lava con agua fría, dejando que caiga el chorro de atrás hacia delante .
Es fácil: para limpiar una secadora por dentro, es decir, para limpiar el tambor se recurre a un paño húmedo y, si se desea, con una gota de detergente o vinagre de limpieza. El objetivo es retirar los restos de suciedad y de cal del agua para que no se acumulen.
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