A la hora de acometer la reforma general de un hogar, pocos son los propietarios que se resisten a alicatar el cuarto de baño o la cocina, ya que el aspecto de una estancia a estrenar es algo que se valora enormemente a la hora de mudarse de casa o comenzar una nueva etapa vital.
Como cliente, es importante hacerse con las unidades sobrantes de ciertos materiales utilizados al finalizar la obra, ya que es habitual, por ejemplo, tener que sustituir un azulejo roto. Un objeto pesado que cae al suelo, un intento fallido de colgar algo previa realización de un agujero, la mala sujeción de algún elemento taladrado a la pared… son varias las situaciones en las que puede darse la necesidad de cambiar un azulejo porque se haya roto.
Para todos aquellos que alguna vez se hayan preguntado cómo reparar un azulejo, un mensaje tranquilizador: es más sencillo de lo que parece. Para ello, es importante hacerse con las herramientas adecuadas para reparar azulejos y el mejor adhesivo cerámico posible.
Antes de comenzar el proceso para sustituir un azulejo dañado, hay que asegurarse de tener el material necesario. Los expertos recomiendan esto:
Antes de reemplazarlo por uno nuevo, se usa un cincel y un martillo. Ambas herramientas facilitan levantar y despegar el azulejo antiguo y retirar todos los trozos que queden hasta dejar la superficie limpia. Asegúrate que el tamaño del cincel es adecuado para el tamaño del azulejo roto. Si es demasiado grande no sirve.
Lo mejor es comprar un producto de uso casero, ya que solo hay que pegar uno; normalmente en la obra se usa cemento cola. Por ejemplo, un adhesivo de montaje que ofrezca agarre inmediato de cualquier material a una pared. Para facilitar la tarea conviene aplicar el adhesivo con una pistola.
Es necesario contar con cemento blanco. Es posible comprar cantidades pequeñas en las tiendas de materiales.
Buscar un azulejo que sea exacto al que se ha roto y reunir todos los materiales necesarios.
Picar el azulejo roto. Se empieza por el centro, despacio y con precisión, para no romper las piezas adyacentes. El martillo empuja el cincel y ayuda a quitar todos los trozos hasta dejar el espacio totalmente despejado.
Retirar el cemento de obra. Es importante retirar los restos y que quede una superficie lo más regular posible. Ayúdate de una espátula si es necesario.
Aplicar el adhesivo. Para ello, como decíamos, es bueno disponer de una pistola similar a las que se usan para aplicar silicona. Con ella, se va poniendo el producto en espiral, comenzando desde la parte exterior y terminando en el centro.
Colocar el azulejo y presionar para que se pegue. Hay que aplicar una fuerza suave y uniforme en toda la pieza.
Realizar el rejunteo. Para ello, se prepara el cemento blanco y se aplica con una brocha. No hay que preocuparse con ser demasiado preciso, dado que al limpiar se retira el exceso con gran facilidad. Hay que esperar a que se seque bien antes de pasar el paño.
En ocasiones, pueden usarse crucetas para asegurar la homogeneidad en la separación de los azulejos nuevos antes de colocarlos. Sin embargo, al ser solo uno puede no ser necesario. En caso de querer usarla, es importante dar con el tamaño adecuado y ponerlas en los vértices de los azulejos (donde las juntas horizontales se cruzan con las verticales).
Disimular una baldosa de suelo rota es fácil si sabes cómo. Porque también existe la posibilidad de arreglar azulejos rotos sin cambiar la pieza. O bien se pega el trozo caído (siempre que sea un corte limpio) usando adhesivo de contacto, bien se rellena el hueco con una de esas famosas barritas adhesivas “arreglatodo”.
Esta especie de masilla crea un efecto de relleno que se puede lijar para igualar una vez seca y, a continuación, se puede pintar el azulejo en el mismo tono del original con la pintura de azulejos que venden en las tiendas de materiales. con. Esta tiene un efecto de parcheado y relleno y, una vez seco, se puede lijar para nivelar la superficie.
Repara tus azulejos sin causar daños a la pared o suelo, te enseñamos a cambiar azulejos rotos.